Chutney de Calabaza con Vino Licoroso
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Descripción
El Chutney de Calabaza con Vino Licoroso meia.dúzia® es un condimento artesanal único que eleva la simplicidad de la calabaza portuguesa a una verdadera experiencia gastronómica. Con una textura cremosa y envolvente, combina la dulzura natural de la calabaza con la intensidad elegante del vino de Oporto, creando un sabor rico, profundo y con notas licorosas marcadas.
El equilibrio entre los ingredientes es lo que hace especial a este chutney. La frescura cítrica de la naranja contrasta con la dulzura de la calabaza, mientras que la cebolla morada y el ajo aportan cuerpo y complejidad. Las especias —cardamomo, azafrán, pimienta negra y un toque sutil de pimienta de Cayena— despiertan los sentidos con matices cálidos y exóticos, prolongando cada degustación.
Versátil y sofisticado, el chutney de calabaza con vino licoroso es ideal para acompañar quesos curados portugueses, equilibrando su intensidad con notas dulces y especiadas. En carnes blancas, como pollo asado o solomillo de cerdo, transforma platos sencillos en recetas sofisticadas. Incluso en pescados a la parrilla sorprende, aportando frescura, complejidad y un toque contemporáneo.
Más que un simple acompañamiento, este chutney en tubo práctico es un verdadero sabor de Portugal, donde la tradición agrícola y la herencia vinícola se encuentran para crear un condimento auténtico, innovador e irresistible.
Uso sugerido
Este Chutney de Calabaza con Vino Licoroso es un acompañamiento artesanal que transforma platos sencillos en experiencias memorables. Con una textura cremosa y un sabor equilibrado entre la dulzura de la calabaza y la intensidad del vino de Oporto, este condimento portugués es perfecto para quienes buscan un toque sofisticado y auténtico en la mesa.
Versátil y sorprendente, armoniza a la perfección con quesos curados portugueses, creando un contraste elegante entre notas dulces, especiadas y sabores intensos. En carnes de cerdo asadas, pollo a la parrilla o guisado, añade profundidad y realza la jugosidad natural de las carnes. Para los más atrevidos, este chutney también es excelente con pescados y mariscos, aportando frescura cítrica y una complejidad aromática que sorprende en cada bocado.
Más que un simple condimento, este es un sabor de Portugal que une tradición agrícola, vino licoroso y especias exóticas, listo para elevar cualquier comida cotidiana o momento especial.
Ingredientes
Calabaza (55%), azúcar, vino de Oporto (5%) (puede contener sulfitos), vinagre (puede contener sulfitos), jugo de naranja, cebolla morada, ajo, flor de sal, pimienta negra, pimienta de Cayena, cardamomo y azafrán. Preparado con 55g de frutas por 100g. Contiene alcohol.
Origen de las materias primas
Declaración Nutricional, Por 100g: Energía, 618 kJ/ 147 kcal; Lípidos, 0,3 g / 0,0 oz; de los cuales ácidos grasos saturados, 0,2 g / 0,0 oz; Hidratos de carbono, 31,7 g / 1,1 oz; de los cuales azúcares, 30,5 g / 1,1 oz; Proteínas, 0,8 g / 0,0 oz; Sal, 0,0 g / 0,0 oz.
Alérgenos: puede contener sulfitos.
Origem das materias - primas
La calabaza portuguesa es uno de los ingredientes más arraigados en la tradición gastronómica nacional. Cultivada de norte a sur del país, ha estado presente de forma constante tanto en recetas dulces como saladas: desde sopas caseras hasta mermeladas artesanales que forman parte de la memoria colectiva. Su pulpa dulce, nutritiva y versátil se ha vuelto indispensable en las cocinas rurales, simbolizando sostenibilidad y conexión con la tierra. Cuando se transforma en chutney artesanal, la calabaza adquiere una nueva dimensión, preservando la tradición a la vez que se adapta a experiencias culinarias contemporáneas.
El Vino de Oporto, por su parte, es uno de los mayores embajadores de los sabores de Portugal. Producido exclusivamente en el Duero, este vino licoroso es reconocido mundialmente por su intensidad aromática, sus notas dulces y su marcada estructura. Más que una bebida, es un icono de la cultura y de la enología portuguesa. Al integrarse en el chutney, añade sofisticación y profundidad, equilibrando la suavidad de la calabaza con la riqueza del terruño duriense. El resultado es un condimento único que une tradición agrícola y herencia vinícola en una experiencia gastronómica inolvidable.